Hubo hasta 2013 en El Mozote, El Salvador, una mujer llamada Andrea Márquez*. Sobrevivió, huyendo, la cruel masacre que en 1982 infligió el ejército salvadoreño a esa comunidad en la montaña.
En la huida perdió a su pequeña hija. Dos años y medio pasó ella escondiéndose, aprisionada en el bosque, hasta que un grupo de guerrilleros la avista en la quebrada.
Intenta escapar, mas la atrapan. La lavan, la alimentan, la interrogan, la integran… otra vez tiene hijos.
Veinte años después de terminada la guerra, decide darle vuelo a su frágil cuerpo con la ayuda de una cuerda y de la viga de su patio. Ahí su hijo menor la encuentra colgando.
Su memoria mueve esta danza.